Tener un frenillo dental corto es una condición bastante común, pero que puede pasar desapercibida. Este pequeño tejido que conecta nuestra encía con el labio superior o inferior puede tener gran importancia para nuestra salud bucal.

¿Qué es el frenillo dental?

El frenillo es una pequeña banda de tejido que une el labio superior o inferior a la encía. Existen varios tipos de frenillos en nuestra boca, pero el más conocido es el frenillo labial superior, que es el que se puede ver fácilmente al levantar el labio superior.

Un frenillo corto, o anquiloglosia, es una condición que se presenta desde el nacimiento, en la que este tejido es más corto de lo normal. Esto puede restringir el movimiento del labio o la lengua y causar una serie de problemas bucodentales.

Problemas relacionados con un frenillo corto:

Esta situación puede causar varios problemas, dependiendo de su ubicación y severidad. En algunos casos, puede afectar el habla, la alimentación, y la capacidad para cepillar correctamente la dentición. 

Así lo indica un estudio realizado en la Universidad de Valencia, dónde investigaron cómo los niños con frenillo lingual corto pueden tener un mayor riesgo de desarrollar caries debido a la dificultad para limpiar adecuadamente su cavidad oral.

Otro problema es que puede provocar una separación entre las piezas dentales superiores, más conocido como diastema. Por último, en menores casos, podría llegar a provocar la retracción de las encías, afectando a la pérdida de hueso alrededor del diente.

¿Qué soluciones existen?

El tratamiento depende de la gravedad del caso y de los problemas que está causando. Si no está causando ningún problema, no se necesita ningún tratamiento. Sin embargo, si el frenillo está afectando la función normal de la boca, puede ser necesario un procedimiento llamado frenectomía.

La frenectomía es un procedimiento quirúrgico simple que se realiza para cortar o alargar el frenillo. Este procedimiento es bastante común y se realiza bajo anestesia local para reducir cualquier molestia.


Es importante recordar que si sospechas que tú o tu hijo tenéis un frenillo corto, consultes con un profesional dental para obtener una evaluación completa.